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Para leer en setentena: Don Manuel Felguérez

Durante ochenta días compartiré con mis amigos textos y reflexiones, no solamente literarios. Lo haré con la convicción de que la literatura y el debate inteligente son antídotos contra el tedio, la ansiedad y el catastrofismo

Por: José Antonio Lugo, Visitas: 868

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Tiene razón mi amiga la talentosa, admirada y querida Maribel Portela, cuando dice que no le gusta ver cómo, a la muerte de un artista, todo mundo sube sus fotos con él o cuenta anécdotas, afirmando que estuvieron cerca de quien se nos adelantó.

Bajo esta perspectiva, sólo quiero decir que hace más de tres décadas me convertí en el escribano de Juan García Ponce, con quien trabajé algunos años. Conocí a Meche y a Manuel y desde entonces siempre han tenido conmigo un trato cálido y amable. La muerte de don Manuel me ha causado una profunda tristeza y, también, un sentimiento de agradecimiento, por su obra trascendente y por su generosidad. Si no han ido al Museo Felguérez en Zacatecas, no dejen de hacerlo.

Cedo mejor la palabra al Maestro Juan García Ponce:

"La gran exposición retrospectiva en el Palacio de Bellas Artes (1987), demostró que una actividad incesante había conducido la necesidad de expresión de Manuel Felguérez, como pintor, como escultor, por muy diferentes cambios, sin que esa necesidad de expresión dejase de ser la misma, y dentro de la historia de los estilos tendríamos que afirmar lo evidente: Felguérez seguía siendo un artista que no había abandonado su voluntad de abstracción. Durante ese lapso de tiempo la posibilidad de cambio mediante el uso de diferentes maneras de emplear los colores, las formas, las texturas, había producido una obra muy singular y variada. ¡Cuántos cambios dentro de esa misma voluntad, cuántas maneras de enfrentarla: la diferencia entre una época y otra, la diversidad de caminos dentro de un solo gran camino, hacía posible la continuidad como una continua diferencia, la diferencia en tanto una segura continuidad!

La pintura de Felguérez en la que se muestra el silencio, ha producido el rumor que nos permite hablar, nos ha convertido en críticos; el crítico que ya somos gracias a la pura aparición provocada por cada cuadro de ese artista. Su obra es espléndida. Un juicio de valor, una apreciación sobre ella, pero que no es independiente de la obra, sino la que ésta ha provocado. Los motivos por los que es espléndida ya han sido enumerados antes: recurriendo a la densidad de su forma, a la multiplicidad de sus colores, a la riqueza de sus planos, al rápido trazo de su grafía, Manuel Felguérez ha ido construyendo una obra, múltiple y una".

Le doy mi más sentido pésame a Mercedes Oteyza y te deseo, querida señora Meche, la recuperación de tu salud.

(Sigámonos cuidando).

 

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