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La edición especial de Anagrama que incluye tres obras de Emmanuel Carrère, entre ellas El Adversario - Foto: Foto: Especial

Platiquemos de libros: El adversario

Habla sobre el libro El adversario, escrito por Emmanuel Carrère, publicado por Editorial Anagrama, segunda edición en Compendium, en Barcelona, España, en octubre de 2018

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1477

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A Emmanuel Carrère lo conocí gracias a Javier Sicilia quien hace dos o tres años me recomendó su libro El Reino, el cual disfruté mucho en su momento.

Sin duda es un libro extraordinario que muestra el talento de Carrère escritor nacido en París en el año de 1957.

En el año 2017 la Feria Internacional del Libro de Guadalajara lo distinguió con su Premio Internacional de Literatura en Lenguas Romances y en el acta del jurado que lo eligió se lee lo siguiente: "Es un escritor que practica la circulación multimedia, trabajando además en cine y televisión, pero sin separarse de la gran tradición humanista. Por un lado, es capaz de releer y comentar la Biblia con la erudición que exhibe en un libro como El reino. Y, por otro, es autor de una celebrada biografía de Philip K. Dick y un apasionado lector de ciencia ficción y de reportajes periodísticos. Heredero de Montaigne y de Rousseau, lo autobiográfico adquiere en su escritura una dimensión crítica que le permite pintarse sin concesiones y explorar arriesgadamente zonas de sombra de la condición contemporánea"

Habiendo disfrutado enormemente la lectura de ese libro de Carrère y del intercambio que sobre el pude tener con Javier Sicilia, decidí que el parisino tenía que ser un escritor que me debería de acompañar, así que me di a la tarea de buscar su obra.

Una tarde hace ya algunos meses, vagando por la librería Elena Garro, en el Barrio de la Concepción, en Coyoacán, me topé con una edición de Anagrama que compendia tres novelas de Emmanuel Carrère: El adversario; Una novela rusa y De vidas Ajenas. A pesar de haberlas comprado, no tenido oportunidad de hincarle el diente, cosa que pude iniciar en días recientes y pues ya he dado cuenta de la primera de las tres novelas mencionadas: El adversario y es de la que quisiera que platicáramos hoy.

Es una novela corta de 127 páginas, pero de gran intensidad, está construida a partir de un hecho real ubicable en las tres últimas décadas del siglo pasado y del cual por lo que pude ver en internet aún se sigue hablado.

En la contraportada de libro la referencia es la siguiente. “El adversario que ha sido comparado con A sangre fría de Capote, es un perturbador descenso a las zonas más sombrías del alma humana que parte de un hecho: un hombre asesinó a su mujer, sus hijos y sus padres. ¿Porque? era un impostor que se sentía incapaz de afrontar el inminente desmoronamiento de su mundo de mentiras: le había hecho creer a su familia que era medico cuando en realidad pasaba el tiempo en parkings de autopista o paseando por el bosque.”

Y de esta referencia retomo el “que ha sido comparado con A sangre fría de Capote…” ya que es un tema que el propio Emmanuel Carrère abordo en el discurso que pronunció en la FIL de Guadalajara cuándo recibió su reconocimiento.

Se trata de un discurso https://www.fil.com.mx/premiofil/2017_disc.asp cuya lectura recomiendo ampliamente pues amén de presentar su autoconcepción como escritor, presenta también elementos de un debate a mi juicio trascendental, se apoya para ello en su experiencia cinematográfica.

En el cine, dice Carrère, es posible distinguir entre cine de ficción y cine documental, “¿pero en literatura? ¿Cuál sería el equivalente de ese criterio? - se pregunta Carrère - Se podría decir que no lo hay. Sin embargo, yo creo que hay uno, muy simple también: son los nombres propios. Los personajes que tienen nombres imaginarios, inventados por el autor, sin correspondencia con la realidad son personajes ficticios. Es posible hacer que digan o piensen lo que uno quiera. Es prerrogativa del novelista: tiene acceso ilimitado al interior de sus criaturas, porque son sus creaciones, y no tiene ninguna responsabilidad ante ellas. En cambio, si pinta un personaje real y elige utilizar su nombre verdadero, corre el riesgo de que ese personaje proteste si algo no le gusta y si fuera el caso, hasta podría demandar al autor judicialmente.

“Parece algo sin importancia este asunto de los nombres reales, pero eso define dos relaciones radicalmente diferentes entre el libro y la realidad que describe o afronta. Un autor de ficción es el amo absoluto. La realidad del libro es su realidad interior. Mientras que un autor de documentales o, si se prefiere, de no-ficción, arriesga a someterse a lo que la realidad exterior implica en términos de imprevisibilidad y de potencialidad peligrosa. Por mi parte, he escrito cinco libros corriendo ese riesgo. En cada ocasión las condiciones de la experiencia, lo que los académicos llaman con acierto el contrato de lectura, han sido diferentes. Algunos de mis personajes reales, nombrados con sus nombres verdaderos, eran mis amigos, otros no. A algunos les di a leer el libro antes de su publicación, a otros no. Algunos se sintieron muy agradecidos, otros me odiaron. He tenido suerte hasta ahora: nadie me ha demandado, nadie ha querido golpearme –o en todo caso nadie lo ha hecho. Pero sé lo que se siente cuando uno se expone a la respuesta de la realidad –o si se prefiere, de lo Real, como lo entendía Jacques Lacan en esta frase célebre: ‘lo Real, es cuando uno se golpea’.”

A partir de esta reflexión Emmanuel Carrère se aproxima a Truman Capote y cierra su consideración con la siguiente conclusión: “Finalmente, Dick y Perry fueron colgados. Capote asistió a su ejecución, fue la última persona a la que abrazaron antes de subir a la horca. Su libro, donde describe esta escena, sin él, apareció unos meses después y tuvo un éxito extraordinario. Capote obtuvo lo que quería: escribir una obra maestra y ser el campeón mundial de los escritores. Hubo en su vida ese espectacular segundo acto al que aspiraba, pero no hubo tercero –a menos que se considere así su larga destrucción a causa del alcohol, el esnobismo y la maldad que le siguió. Pensé mucho en él durante los siete años que estuve trabajando en mi libro El adversario. Leí tres o cuatro veces A sangre fría, cada vez más impresionado por la fuerza de su construcción y la limpidez cristalina de su prosa. Mucho tiempo traté de imitarlo, es decir, narrar la terrible historia del falsario y criminal Jean-Claude Romand sin incluirme en la narración. Al final hice otra cosa: renuncié a la abstención, escribí el libro en primera persona. Pensé sin exagerar que esa elección me había salvado la vida.”

La trama es una trama sencilla y simple, Jean-Claude Romand el protagonista, enfrenta en sus primeros años de estudio de medicina la no acreditación de un curso y en lugar de hacer frente a esa dificultad aplica todas sus capacidades, que en verdad son muchas y múltiples a construir su mundo de irrealidad y mentira. Se vende ante los ojos de sus padres, de su esposa, de sus hijos y del microcosmos en el que estos viven como un médico – investigador que trabaja en la Organización Mundial de Salud , hecho que según la historia que se cuenta y que cuenta le permite tener acceso a prerrogativas bancarias con lo que convence a sus padres el que le hagan entrega de sus ahorros y es precisamente ese recurso el que le permite darse la vida que se daba y darles también atención a su esposa e hijos durante 18 años.

Ya hacia el final de la novela y ya con algunos tropiezos aparece una amante a la que también convence le haga entrega de su dinero para él administrarlo.

El dinero se empieza a acabar y es claro que pronto la verdad se develará y es cuando procede a asesinar a su esposa, a sus hijos y a sus padres. Previo hubo un intento fallido de asesinar a la amante.

Finge un intento de suicidio intentando morir en el incendio que el mismo provoca de su casa.

El último tramo de la novela es la interacción entre Jean-Claude Romand y Emmanuel Carrère y algunos rasgos del juicio.

Se trata sin duda de una novela alucinante, “es un perturbador descenso a las zonas más sombrías del alma humana.” que vale la pena darse la oportunidad de leer.

Platiquemos de El adversario de Emmanuel Carrère y enriquezcamos nuestra conversación con estas lecturas complementarias:

Emmanuel Carrère: el horror lalocura y el arte de la no ficción.

Emmanuel Carrère y el maldito punto de vista.

Los 5 libros de Emmanuel Carrère que no podés dejar de leer. 

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