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La Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, durante su trayecto por la Autopista México-Cuernavaca - Foto: Foto: Jaime Luis Brito

Nada ha cambiado, las cosas empeoran, las víctimas aumentan, advierten

Víctimas de Morelos y varios estados más llevaron a cabo el primer día de la Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, misma que pretende reunirse con el presidente López Obrador para demandarle cambios en la política de seguridad

Por: Jaime Luis Brito, Visitas: 1214

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A las 9:34 de la mañana, de la Paloma de la Paz salió la Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz, con un contingente de unas mil personas, entre familiares de víctimas de Morelos y otros estados de la República, así como activistas sociales y líderes comunitarios.

La Caminata es encabezada por los familiares de víctimas, acompañados del poeta Javier Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, principal convocante, y Julián LeBarón. Una bandera de México ensangrentada y “baleada” con el escudo de cabeza se observa en el arranque.

En el discurso inicial, Sicilia dijo que la “última bocanada de oxigeno” para el país es “la palabra” y que con ese instrumento se dirigen a Palacio Nacional, nueve años después del asesinato de su hijo, Juan Francisco, porque “nada ha cambiado”, “la violencia persiste” y “ya no hay tiempo”.

La palabra, dijo el poeta, “esa palabra que las víctimas no hemos dejado de escuchar desde nuestro dolor”, pero también “esa palabra dice que ya no hay tiempo para esperar, sino tiempo de poner como prioridad de la nación” la tragedia humanitaria. “Esa palabra dice, por último, que es necesario detener los megaproyectos hasta garantizar el derecho de los pueblos indígenas”.

En la Caminata hay rostros de hace nueve años y otros nuevos, las víctimas de desaparecidos portan las imágenes de aquellos que les fueron arrebatados. Las consignas: Vivos se los llevaron, vivos los queremos.

“Nada ha cambiado, teníamos mucha esperanza de este gobierno, pero ya pasó más de un año y las cosas empeoran, ahora hay más desaparecidos, más víctimas y no se ve que haya un cambio”, dijo Melchor, papá del Galáctico, un joven que se disfrazaba y hacía performance en Monterrey y que desapareció hace más de una década.

La Caminata por la Verdad, la Justicia y la Paz llegó esta tarde a Coajomulco, la penúltima comunidad en el norte de Morelos, antes de Tres Marías. Fueron 24 kilómetros, 18 de los cuales fueron a pie. El último tramo ha sido extenuante por la inclinación de la carretera. A la Caminata se han sumado víctimas del colectivo Siempre Vivos de Chilapa, Guerrero, así como pobladores de San Salvador Atenco que recuerdan que una década después “sigue sin obtener justicia”. Y un largo etcétera.

El profesor José, del colectivo Siempre Vivos, reprocha al presidente Andrés Manuel López Obrador: “Yo no vengo al show, yo no estoy haciendo show, esa señora tiene desaparecidos a dos hijos, aquella a uno, yo perdí un hermano y otros familiares, todos esos crímenes han sido perpetrados por Los Ardillos, ellos saben quiénes son, saben dónde operan, porque nosotros hemos investigado y siguen ahí, nadie los detiene”.

Se refiere al grupo criminal que tiene asolada la zona de la montaña en Guerrero y que la semana pasada fue culpado de ejecutar a 10 músicos y luego incinerar sus cuerpos. “Tenemos una década en la que ellos han controlado todo y ahora escucho que (el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación) Alejandro Encinas quiere sentarse a negociar con ellos. Eso es ponerse de rodillas”, dice en uno de los descansos de la Caminata.

Respecto de los menores de edad que fueron exhibidos como parte de la Policía Comunitaria de la zona, quienes desfilaron armados en estos días, asegura que son “víctimas”, pues en la zona a la mayoría de los hombres sólo les quedan dos caminos: “o se convierten en sicarios o en guardias comunitarios. Esos niños están destinados a la muerte, pase lo que pase”.

La Caminata salió de la Paloma de la Paz pasadas las 9:30 de la mañana, a paso lento avanzó primero hasta el entronque a Cuautla de la Autopista México Cuernavaca. Ahí subieron a unos autobuses que los llevaron delante de la curva La Pera, desde donde avanzaron durante dos horas y media más hasta el parador del poblado de Coajomulco.

Son los mismos rostros de hace nueve años, y se han sumado otros más. “Nadie se ha enriquecido, estamos aquí marchando entre hermanos de dolor. El presidente no nos escucha, no quiere escucharnos, pero seguiremos gritando y caminando, porque no hemos encontrado justicia. Todavía tengo confianza en que este gobierno haga algo, pero no puede dudar ni acusarnos de que hemos lucrado. Hace nueve años aquí caminamos igual, hoy lo hacemos de nuevo porque todavía no tenemos justicia”, dice Teresa, a quien le asesinaron un hijo hace una década y todavía no obtiene justicia.

Araceli dice que ella ha cambiado en nueve años. Presume que terminó la primaria, estudio la secundaria y la prepa y ahora está cursa la carrera de derecho, “porque quiero ayudar a otras víctimas, porque he visto como sufren cuando les ocurre esto y no hay nadie que las oriente, que las apoye, que les diga que hacer y qué no”. Madre de un policía federal que fue desaparecido en Michoacán, dice que 10 años después, apenas un funcionario federal fue sentenciado por omisiones y complicidades que estuvieron detrás de su tragedia.

Lo que espera Araceli es que se cree una comisión de la verdad nacional, “que investigue y clarifique todos los casos, porque en este país somos miles las víctimas”. Dice que “con todo respeto”, Ayotzinapa no es el único caso, que “hay 62 mil desaparecidos más 43”, así que es importante, señala, investigar el caso de los 43 normalistas desaparecidos, pero también los otros miles.

“Parece que no toda la Guardia Nacional está en la frontera sur”, dice uno de los organizadores son sorna mientras observa las cinco o seis patrullas de la corporación policiaca que escoltan la caminata. Los niños LeBarón, un grupo de jóvenes que habla en inglés, se divierten en una de las camionetas de federales, mientras una unidad de la Policía Morelos, una ambulancia y hasta el helicóptero de la Comisión de Seguridad, acompañan a la marcha.

“Yo sí creo que han cambiado cosas. Por ejemplo, hoy ya no tenemos miedo, tenemos menos miedo y hay más víctimas. Estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario, es el tiempo de la gente, de la sociedad”, dice Julián LeBarón mientras camina. “No queremos que haya más víctimas, tenemos que detener esto”, concluye por su parte Araceli.

Este viernes la Caminata saldrá del poblado de Tres Marías, rumbo al poblado de San Pedro Mártir, ya en la Ciudad de México. El sábado próximo se realizará un festival cultural en la Estela de Luz y el domingo se realizará la marcha de ese lugar hasta Palacio Nacional.

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