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¡Por fin! Hoy, 42 días después de la elección de Estados Unidos el Presidente Andrés Manuel López Obrador envió una carta felicitando por su triunfo a Joe Biden. La carta no tiene el tono que uno esperaría cuando se tardó más que Vladimir Putin en emitir la felicitación. Comienza, desde el segundo párrafo advirtiendo que espera fincar la relación bilateral en el respeto de la soberanía, advirtiendo que espera no intervención y el respeto a la autodeterminación de los pueblos. Es un comienzo helado.

¿Será que el equipo de Biden ya pidió algo que el Presidente de México consideró que viola la soberanía, autodeterminación y es intervencionista? hasta el momento no lo sabemos. Pero no veo otra razón para que el Presidente mande una carta en ese tono.

Pero la pregunta que quiero hacer hoy es: ¿por qué esperar 42 días? y, aunque usted no lo crea, tiene una base bastante lógica. Y el Presidente Andrés Manuel no fue el único que leyó la situación así, verán, mientras en México y gran parte del mundo veíamos a Biden como ganador desde el 5 o 6 de noviembre, Trump y sus más de 70 millones de votos confiaban en que esta elección se decidiría en la Suprema Corte. Pero ¿por qué el equipo de Trump tiene tanta fe en la batalla legal? porque funcionó antes. Funcionó en el 2000 en la elección de Bush vs. Al Gore.

Prueba de esta fe en la batalla legal es que, desde el día de la elección, Trump ha recaudado 200 millones de dólares para dar la batalla legal en en los estados más cerrados como Georgia y Texas. Así como sucedió con Florida en la elección del 2000.

La elección del año 2000 fue también una elección cerrada que tuvo que ser definida en la Suprema Corte de Justicia y en donde el candidato republicano, George Bush, no ganó el voto popular pero sí el del Colegio Electoral. De la misma forma que en 2016, Donald Trump tampoco ganó el voto popular. Pero así es el sistema.

Florida es un estado especial. Por alguna razón, desde 1864 todos los candidatos que han ganado Florida han ganado la Presidencia. (La excepción fue Donald Trump este año). Pero en el año 2000 tuvieron que pasar 36 días de recuentos porque la diferencia entre los 2 candidatos era de menos de 1000 votos.

Al final, la Suprema Corte decidió a favor del recuento que beneficiaba a Bush lo cual fue muy controversial ya que se vió claramente cómo se dividió la corte entre conservadores y liberales. El resultado final de la elección fue 271 a 266. Mucho más cerrada que esta elección de 2020.

Así que, desde mi punto de vista, que el Presidente López Obrador haya esperado 42 días no es tan descabellado si en el año 2000 tardaron 36 días en tener a un ganador y durante todo este tiempo cambió el ganador varias veces dependiendo del recuento.

El riesgo era demasiado para la forma de hacer política de López Obrador. Desde mi punto de vista, la lectura del Presidente de México fue: si sí gana Biden y no lo reconocí a tiempo lo puedo arreglar. Pero si al final gana Trump y yo ya había reconocido a Biden no hay forma de arreglarlo. Así que, aunque su lectura estuvo mal hecha, el método (36 días vs 42 días) parece ser el correcto.

¿Y que sigue? pues ahora México suma el problema de la relación bilateral a la lista de problemones de salud, seguridad, educación y economía. Lo único bueno es que, para nosotros los ciudadanos, el consejo para sobrevivir a todas estas crisis es el mismo: quédate en casa.

Para más ideas inconexas, en @yeyicapdeville