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La lucha de clases, mural de Diego Rivera, en Palacio Nacional, 1935 - Foto: Foto: Especial

El camino de la vida: Clases sociales

El autor aprovecha la mención del presidente Andrés Manuel López Obrador a las “clases medias” y reflexiona respecto a “más allá de la geometría, qué son y cómo se definen las clases sociales”

Por: J. Enrique Álvarez Alcántara, Visitas: 924

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El hombre es, en el sentido más literal, un ζῷον πoλιτικόν (animal político), no sólamente un animal social, sino un animal que sólo puede individualizarse en la sociedad. La producción por parte de un individuo aislado, fuera de la sociedad –hecho raro que bien puede ocurrir cuando un civilizado, que potencialmente posee ya en si las fuerzas de la sociedad, se extravía accidentalmente en una comarca salvaje— no es menos absurda que la idea de un desarrollo del lenguaje sin individuos que vivan juntos y hablen entre sí…

K. Marx

 

Presentación. Ahora que muchos ciudadanos, opinólogos, comentaristas, “expertos” (entre ellos personas que se dicen economistas) emiten sus juicios “demoledores” sobre la breve alocución (léase anatema) que el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hizo pública a propósito de lo que los geómetras de la economía refieren como “Clases Medias” y, más particularmente, las “Clases Medias Altas” o “Clases Medias Medias”, porque las “Clases Medias Bajas” pudiéranse sentir excluidas de dicha admonición, en el sentido de que “ser lectores del Diario Reforma, con estudios universitarios y por tener un espíritu ‘Aspiracionista’ son sumamente difíciles de convencer…”.

El Presidente utilizó también el concepto de “Clases Medias”.

Ello no es ni novedoso ni sorprendente. Desde hace varios decenios se habla de “Clases Bajas”, “Clases Medias” y “Clases Altas”, subclasificando, a su vez, estas categorías en tres sub-clases: “Bajas, medias y altas”.

Dicha “Geometría económica”, sin una argumentación sólida, ha permeado un sinfín de publicaciones, exposiciones, ensayos, escritos, reflexiones o alocuciones que, sin precisar bajo qué criterios entienden o comprenden la noción de “Clase social” han propalado la versión geométrica o de una metáfora espacial en el asunto de los análisis económicos, políticos y sociales.

En virtud de ello me propongo ahora presentar a ustedes un breve ensayo sobre el asunto de las Clases sociales.

Debo, sin embargo, antes de comenzar con el objeto de análisis propuesto, realizar un acto de contrición porque pudiera sorprender a muchos lectores que un psicólogo, que no economista, se exprese de esta manera sobre este asunto y, quienes han estudiado la disciplina económica o quienes escriben sus ideas en los diarios El Financiero o El Economista –que no es lo mismo aunque parezca igual—pudieran sentirse ofendidos. Ciertamente, pudiérase decir que un profesional de la psicología nada tendría que decir o aportar a este respecto, empero, ello no es así. Ergo, sin presentar alguna “credencial” que me muestre como un expositor creíble me apresto a revelar los fundamentos de la afirmación de que la “Geometría económica” no permite realizar análisis serios y verosímiles sobre esta cuestión.

¿Qué son las clases sociales? Siguiendo al pensador brasileño Theotônio Dos Santos, en su libro Concepto de Clases Sociales (Ed. Galerna, Bs As, 1973) cito como punto de partida: “El concepto de clase social no fue una creación del marxismo. Desde la antigüedad griega, por ejemplo (y aún se pueden encontrar documentos egipcios donde se plantea la existencia de clases en la sociedad), Aristóteles divide la sociedad en esclavos y hombres libres. Además, en la Política divide los ciudadanos en pobres, clase media y ricos. En este mismo libro, Aristóteles establece relaciones entre formas de gobierno y predominio de ciertas clases sociales. También entre los patriarcas de la Iglesia, según Ossowsky, era bastante nítida la conciencia de una sociedad esclavista que se presentaba junto a la idea de la igualdad social. Los actos de los Apóstoles y el Nuevo Testamento están llenos de referencias a las clases sociales, siempre observadas desde el punto de vista de la relación pobres y ricos o de las relaciones esclavistas”.

Según K. Marx y F. Engels, en su Manifiesto del Partido Comunista (1948) expresan: “En anteriores épocas de la historia encontramos en todas partes una división completa de la sociedad en clases diversas, una gradación múltiple de las condiciones sociales. En la antigua Roma tenemos patricios, équites, plebeyos y esclavos; en la Edad Media, señores feudales, vasallos, maestros, compañeros y siervos; y dentro de cada clase, nuevas gradaciones específicas. La moderna sociedad burguesa, surgida del ocaso de la sociedad feudal, no ha suprimido los antagonismos de clase. Sólo estableció, en lugar de las antiguas, nuevas clases, nuevas condiciones de opresión y nuevas formas de lucha”.

Y en un sentido concluyente manifiestan “La historia de toda sociedad hasta nuestros días –Léase la historia escrita hasta el año de 1848—, es la historia de la lucha de clases, Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, barones y siervos, maestros y compañeros, en una palabra, opresores y oprimidos, han estado enfrentándose unos a otros en un constante antagonismo y mantenido una lucha ininterrumpida, ora disimulada, ora abierta, lucha que siempre ha terminado en una transformación revolucionaria de la sociedad entera, o en la destrucción de ambas clases en pugna”.

Es decir, que más allá del mismo concepto de “clases sociales”, la sociedad se ha encontrado segmentada en diversas “clases sociales”; ahora bien si las “clases sociales” existen objetivamente, a lo largo de la historia, la aparición o, mejor dicho, la construcción del concepto de “clases sociales”, sin duda, obedece a la necesidad de reconocer como objeto de análisis e interpretación una realidad objetivamente existente y, más allá de la función referencial de este término, es imprescindible su posesión para comprender y explicar la existencia de las “clases sociales” y, bajo los espejuelos de la acción política, buscar una solución ética y políticamente aceptable a la existencia de los antagonismos miseria/riqueza extremas.

Ya decía el propio K. Marx en su Tesis 11 sobre Fuerbach (1845): “Lo que han hecho hasta ahora los filósofos es interpretar de diversos modos el mundo; pero de lo que se trata, ya por anticipado, es de transformarlo”.

Y parece también claro el asunto, el concepto de “clases sociales” es imprescindible para comprender, explicar y buscar la transformación de las condiciones materiales de existencia que hacen posible la presencia de la contradicción miseria/riqueza extremas.

Es claro hasta aquí que la existencia de las “clases sociales” antecede al concepto mismo de “clases sociales”, por ello mismo es necesario presentar los criterios que permiten definir a las “clases sociales”, dentro de nuestra sociedad contemporánea, más allá de discursos justificacionistas de lo que acontece en la dinámica social y política nacional.

Nuevamente, K. Marx en su tratado de economía El Capital (1867) expondrá: “El primer nivel en que hay que situar el concepto de clases es el análisis del modo de producción. El concepto de clases aparece como resultado del análisis de las fuerzas productivas (nivel tecnológico de los medios de producción y organización de la fuerza de trabajo) y de las relaciones de producción (relaciones que los hombres establecen entre sí en el proceso de la producción social). Estas fuerzas productivas y estas relaciones de producción asumen ciertos modos posibles de relación en la historia. Estos modos posibles de relación son esencialmente contradictorios cuando las relaciones de producción se constituyen en base a la propiedad privada. Ese carácter contradictorio define las leyes generales del funcionamiento y desarrollo de los modos de producción clasistas.”

En este primer nivel de análisis aparecen los conceptos de “Fuerzas Productivas” y de “Relaciones de Producción”. Y, desde luego, ambos conceptos forman parte de la categoría “Modo de producción”. Los dos primeros conceptos, sin duda, son la base de la explicación y comprensión de las relaciones sociales, económicas y políticas y, desde luego, del concepto de “Clases Sociales”.;

En la Contribución a la Crítica de la Economía Política (1959) K. Marx manifiesta que tanto las mercancías –y su acceso—, así como el dinero y la circulación del mismo –o su posesión—no son el criterio de demarcación de lo que son las “Clases Sociales” que, por lo demás, suelen ser los criterios definitorios en la “Geometría Económica”, además de la tenencia de empleo y otros bienes ¡No!

Marx lo expresa del modo siguiente: “La primera idea que se presenta de inmediato es la siguiente: en la producción los miembros de la sociedad hacen que los productos de la naturaleza resulten apropiados a las necesidades humanas (los elaboran, los conforman); la distribución determina la proporción en que el individuo participa de estos productos; el cambio le aporta los productos particulares por los que él desea cambiar la cuota que le ha correspondido a través de la distribución; finalmente, en el consumo los productos se convierten en objetos de disfrute, de apropiación individual. La producción crea los objetos que responden a las necesidades; la distribución los reparte según leyes sociales; el cambio reparte lo ya repartido según las necesidades individuales; finalmente, en el consumo el producto abandona este movimiento social, se convierte directamente en servidor y objeto de la necesidad individual, a la que satisface en el acto de su disfrute. La producción aparece así como el punto de partida, el consumo como el punto terminal, la distribución y el cambio como el término medio, término que a su vez es doble, ya que la distribución está determinada como momento que parte de la sociedad, y el cambio como momento que parte de los individuos. En la producción, la persona se objetiviza, en el consumo la cosa se subjetiviza. En la distribución, la sociedad asume la mediación entre la producción y el consumo por medio de determinaciones generales y rectoras; en el cambio, la mediación se opera a través del fortuito carácter determinado del individuo”.

Es decir, la producción, la distribución, la posesión y el cambio no son los criterios de demarcación para la categoría de “Clase Social”.

En un segundo nivel de análisis podemos, como lo hace Theotônio Dos Santos: “Una sociedad concreta, históricamente dada, no puede corresponder de forma directa a categorías abstractas. Como decimos, el marxismo no usa la abstracción de una manera formal. Cuando elabora el concepto abstractamente, lo niega en seguida, al mostrar las limitaciones de este nivel del concepto. De ahí la necesidad de pasar a niveles más concretos de abstracción”.

En una sociedad concreta el desarrollo del “Modo de Producción” y sus contradicciones plantea situaciones sociales históricamente específicas “por ejemplo: el modo capitalista de producción pasa al fin del siglo XIX a una forma imperialista y esta forma asume hoy un carácter integrado mundialmente”.

El desarrollo del “Modo de Producción” desarrolla nuevas formas específicas de relación entre sus componentes y crea nuevos elementos integrantes “ejemplo: el desarrollo del sindicato limita las relaciones asalariadas, el surgimiento de nuevos sectores sociales como la llamada “aristocracia obrera” o las “nuevas clases medias” cambia la distribución de la plusvalía en el sistema y afecta las formas de realización de la plusvalía”.

En una sociedad pueden coexistir ahora normas sociales distintas pero asegurando situaciones de equilibrio delimitadas históricamente “(…) por ejemplo: la lucha entre clases dominantes y dominadas de modos de producción antagónicos – capitalismo vs. feudalismo –; el surgimiento de clases intermedias en vías de desaparición, o clases en formación; el caso de la contradicción campo-ciudad, etc”.

Por ende, la categoría de “Clases Sociales” trasciende a los criterios de producción, intercambio, distribución, posesión o consumo, criterios para la definición de la “Geometría Económica” y se ancla en las nociones de “Fuerzas productivas” y “Relaciones de Producción”.

Para terminar, Marx, otra vez, expresará: “Cuando se examinan los tratados corrientes de economía lo primero que sorprende es el hecho de que en ellos todas las categorías son presentadas de dos maneras. Por ejemplo, en la distribución figuran la renta territorial, el salario, el interés y la ganancia, mientras que en la producción, la tierra, el trabajo, el capital figuran como agentes de la producción. En lo que concierne al capital, es evidente que aparece bajo dos formas: como agente de producción; como fuente de ingresos, como determinante de determinadas formas de distribución. Es por ello que el interés y la ganancia figuran también como tales en la producción, en tanto son formas en que el capital se incrementa, crece, y por eso, son momentos de su producción misma. En tanto formas de distribución, el interés y la ganancia presuponen el capital como agente de producción. Son modos de distribución cuya premisa es el capital como agente de producción. Son igualmente modos de reproducción del capital”.

En un tercer nivel, la categoría de “Clases Sociales” se relaciona con el asunto eludido hasta ahora en las discusiones de “Consciencia de Clase”.

En este sentido, Nikos Poulantzas, en su trabajo Las clases sociales en el capitalismo actual (México, Siglo XXI Ed, 1981) manifestará que: “Las clases sociales son conjuntos de agentes sociales determinados principal pero no exclusivamente por su lugar en el proceso de producción, es decir, en la esfera económica. En efecto, no se debe deducir del papel principal del lugar económico que éste baste en la determinación de las clases sociales. Para el marxismo, lo económico desempeña en efecto el papel determinante en un modo de producción y en una formación social; pero lo político y la ideología, en suma la superestructura, tienen igualmente un papel muy importante”.

Conclusión. Siguiendo a Lenin en su trabajo Una Iniciativa (1919) puede expresarse que: “Las clases (… sociales…) son grandes grupos de personas que se diferencian unas de otras por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por su relación (en la mayoría de los casos fijada y formulada en la ley) con los medios de producción, por su papel en la organización social del trabajo v, en consecuencia, por la magnitud de la parte de riqueza social de que disponen y el modo en que la obtienen. Las clases son grupos de personas, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro en virtud de los diferentes lugares que ocupan en un sistema de economía social determinado”.

Ello ha sido omitido en el supuesto debate.

Como podemos admitir, tanto AMLO como sus detractores no mostraron interés alguno en comprender o explicar la existencia de las “Clases Sociales” ni la demarcación de la misma categoría ni, mucho menos, la eliminación de la contradicción flagrante entre “Clases Sociales” antogónicas, en la miseria y en la pobreza extremas. ¡No!

Lisa y llanamente se valieron de la “Geometría Económica” para intentar, al menos ello, justificar sus posturas ideológicas alejadas del propósito de la transformación radical –de raíz— de la contradicción riqueza extrema/pobreza extrema y tratan de acercar a la grilla electorera la discusión.

Finalmente, pese al hecho de que se ha tildado de “economicista” la postura de Marx al respecto, la exposición de Poulantzas deja claramente establecido que ello no es así.

 

 

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