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La Fiscalía General de Morelos revivió las ilegalidades de las fosas clandestinas de Tetelcingo y Jojutla, donde se inhumaron sin identificación más de 200 cuerpos y restos humanos, al entregar el cuerpo de un hombre a una familia, asegurándole que se trataba de su hijo muerto, sin embargo, se trataba de otra persona y hasta funeral le hicieron.

De acuerdo con la denuncia presentada por el abogado Miguel Ángel Rossete Flores, la familia de Jonathan Martínez Tijera, recibió el pasado 16 de enero un cuerpo que supuestamente era el de su hijo. Su mamá, Felicitas Tijera Carvajal y demás familiares, le hicieron un funeral y lo sepultaron en Cuernavaca.

No obstante, el pasado sábado 1º de febrero, la familia descubrió que su hijo sigue vivo y que está “anexado” en un grupo de Alcohólicos Anónimos, lo que supieron a partir de informes salidos de la propia Fiscalía. Dos familias viven entonces hoy, gracias a las omisiones de la Fiscalía, una situación terrible.

La señora Felicitas Tijera tuvo que conseguir dinero para poder pagar los gastos funerarios, y emocionalmente se encuentra en una situación terrible, pues por un lado está la alegría de saber que su hijo está vivo, pero por la otra, el hecho de que enterraron al hijo de otra familia. Mientras tanto, Jonathán Martínez, ahora deberá resolver su situación legal, pues jurídicamente está muerto, hay un acta de defunción, misma que deberá ser revocada, con todo lo que eso implica.

El cuerpo que fue inhumado por la familia fue encontrado el 15 de enero y fue entregado a la familia el 16. Según el abogado, las autoridades no permitieron que fuera identificado el cuerpo. Incluso se ordenó que el ataúd fuera sellado y que no se abriera durante el sepelio. Según el abogado, si las autoridades hubieran permitido la identificación del cuerpo, no se hubiera generado el problema, pero no se hizo así.

Los hechos ocurrieron en la zona oriente de Morelos, la involucrada, una vez más, es la fiscalía regional oriente, que también fue protagonista en 2014 de las inhumaciones clandestinas de Tetelcingo. “Cometió un grave error por omisión o por acción, o de manera intencional, eso lo tendrá que investigar la propia institución”, sostuvo Rossete Flores.

“Hoy tiene la doble situación de sentir la emoción que su hijo está vivo, pero de manera jurídica con un acta de defunción, la cual tenemos que buscar la cancelación y en su momento reactivar la vida de Jonathan Martínez Tijera, esto es una situación grave porque pareciera ser que la institución encargada de investigar no aprendió la  lección de las fosas de Tetelcingo en el caso de Oliver Wenceslao, hoy se repite la historia, hoy se repite la negligencia de los servidores públicos de la Fiscalía y hoy se replica una circunstancia lamentable porque la familia real de la persona que se inhumó ya se localizó”, dijo el abogado.

“Jonathan tiene rasgos físicos que pudieran haber sido identificados, la operación en el cuerpo del hígado que tiene una cicatriz muy grande, los dos dientes frontales que hubiera sido sencillo identificarlo al abrir la boca identificarle que sí tenía los dientes esta persona y que Jonathan no los tenía, un tatuaje en el brazo y una lesión en el glúteo que era también de notable identificación, situación que no aconteció”, concluyó.

En respuesta, el gobierno emitió un comunicado en el que negó que hubiera entregado un cuerpo sin identificar. Dijo que “en las primeras horas del 16 de enero, que se presentaron ante la Fiscalía Regional Oriente, dos hombres quienes dijeron ser el hermano y el medio hermano del occiso y que acudían ante la autoridad para reconocer y reclamar el cuerpo, que a su dicho, correspondía a su familiar”.

Asegura que “ambas personas ingresaron al anfiteatro en donde reconocieron sin temor a equivocarse el cuerpo como el de su hermano, por lo anterior, aproximadamente a las 3:00 horas declararon ante el Ministerio Público el reconocimiento que realizaron, afirmando en todo momento que se trataba de su familiar”.