Más allá de la Twitósfera: El dilema de los sistemas de vigilancia en China
Un sistema de vigilancia robusto y eficaz puede servir para proteger a la población pero también para vigilar a la disidencia
Por: Estefanía Capdeville, Visitas: 543
¿Se imaginan un sistema de inteligencia artificial capaz de detectar a personas “ajenas” a la comunidad de una escuela? Es decir, un sistema capaz de detectar si hay personas desconocidas afuera de un kinder e identificarlas, incluso si usan cubrebocas o lentes.
Bueno, pues este sistema ya es una realidad en la provincia de Sichuan en China y estoy segura de que muchos padres de familia estarían felices de poder contar con un sistema así dada la inseguridad de varias ciudades en México,
Pero sistemas para proteger escuelas, en otra región de China fueron usados para vigilar a la población del Tíbet y perseguir a líderes políticos. Lo mismo sucede durante protestas -como las que vimos en Hong Kong en 2021 contra una ley de extradición a China- o para vigilar a personas contagiadas de covid y seguir sus interacciones y contagios.
Es decir, un sistema robusto de ciber-vigilancia como en China, puede servir para proteger a la población o para vigilar a los disidentes. Como cualquier sistema de vigilancia antes creado. Sin embargo, al tener un sistema de inteligencia artificial que “aprende” los rostros de las personas, la vigilancia se vuelve ultra-efectiva y en las manos incorrectas, muy peligroso.
Estos sistemas de vigilancia pertenecen a la política China “one person, one file” es decir, un archivo para cada ciudadano con toda su información, a dónde va, con quién, qué hace. Y esta es la estrategia de seguridad del gobierno Chino para prevenir ataques terroristas y brindar seguridad a sus ciudadanos.
Además, China está ampliando estas estrategias de seguridad a su zona de influencia llamada la Nueva Ruta de la Seda. Los países del sudeste asiático que pertenecen a esta zona de interés están recibiendo apoyos de parte del gobierno Chino para implementar sofisticados sistemas de ciber-vigilancia. El problema es que China está “regalando” esta tecnología en 55 de los 67 países detectados como gobiernos inestables y autoritarios de acuerdo con el índice NED.
La pregunta ya no es si es peligroso o ético, sino que tan cerca estamos. En la Ciudad de México el C5 tiene más de 15 mil cámaras monitoreando toda la actividad de la ciudad y el año pasado Claudia Sheinbaum prometió aumentar este número a 80 mil. Es decir, ya contamos con un sistema de vigilancia robusto, y no sabemos qué tan sofisticado es el software está procesando esta información.
Y en conclusión, aún cuando conocemos los riesgos de vivir en ciudades monitoreadas por sistemas inteligentes, los sistemas de ciber-vigilancia nos hacen sentir seguros y son populares en ciudades cada vez más violentas. Todo parece indicar que continuaremos incrementando el número de postes con cámaras de vigilancia aquí y en China.
Para más ideas inconexas, en @yeyicapdeville
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