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Uno de los efectos más devastadores de la pandemia de coronavirus SARS-CoV-2, más allá de las muertes y los contagios, será la crisis económica mundial provocada por el confinamiento para evitar la propagación del mal conocido como Covid-19.

Sólo en los Estados Unidos durante marzo y abril se perdieron más de 30 millones de empleos, y aunque en mayo hubo una leve recuperación, las solicitudes de apoyo por desempleo son millones, lo que acrecentará los niveles de pobreza en la nación del norte.

En México, mientras tanto, el desempleo, sólo en abril, fue de 12.5 millones de trabajos perdidos, lo que coloca las cifras por encima del 50 por ciento. Si tomamos en cuenta que la Población Económicamente Activa es de entre 48 y 50 millones de personas, la pérdida de empleos en abril significaría cerca de un 25 por ciento.

Ambas circunstancias, lo ocurrido en la Unión Americana y en México, tendrán un efecto devastador entre la población mexicana, pues el desempleo en Estados Unidos tendrá un impacto sin precedentes en el envío de remesas a familias que dependen enteramente de ellas para sobrevivir.

Eso, y la falta de acciones gubernamentales a nivel estatal y federal, traerán como consecuencia el incremento de la pobreza, e incluso, del hambre entre la población de Morelos, lo que suma un aumento en el número de personas y familias que apenas sobreviven, todavía más de lo que se acumuló en el sexenio pasado.

La mayoría de las personas en Morelos sobreviven en la economía informal, aquellos que tienen un empleo, dependen del sector público o de la economía terciaria. Ambos sectores están enfrentando una crisis sin precedentes de la que no será fácil ni rápido que salgan y mejoren.

Frente a esto, inversiones millonarias como la que plantea la empresa Esperanza Silver de México, en el proyecto de minería de Tetlama, Temixco, Morelos, es una de las pocas alternativas que tendrá la población para salir adelante. Ello, pues además de generar empleos directos en beneficio de familias y comunidades, ofrece opciones para el desarrollo comunitario permanente.

Cabe mencionar que, de acuerdo con indicadores oficiales, Tetlama mantiene un alto índice de marginación y amplios niveles de rezago educativo y de servicios públicos; no hay empleos, por lo que sus habitantes, sobre todo los jóvenes, se ven en la necesidad de emigrar para obtener algún ingreso que les permita subsistir. Todo ello ha sido profundizado por la pandemia, el confinamiento y la improductivad de los últimos dos meses.

Lo mejor de todo no es la inversión millonaria, la creación de empleos, la construcción de proyecto de desarrollo comunitario permanente, sino que el modelo de minería de la subsidiaria de Alamos Gold Inc, representa una manera distinta de empresa extractiva, que se apega a un modelo que es amable con el ambiente y se preocupa por el tejido social.

Durante los últimos meses, los consensos entre las comunidades de la zona han ido creciendo, sabedores de que sus alternativas son pocas, pues el abandono desde hace décadas del campo por parte de los gobiernos mantiene a la mayoría de esas tierras como ociosas. Los efectos de la intervención de la empresa serán mínimas frente a las enormes posibilidades de futuro que representa para la gente.

Morelos, una tierra abandonada muchos años y sin proyectos claros de desarrollo, tiene ante sí una de las mejores oportunidades de detonar y cambiar su futuro. Es una suerte que, en medio de la tragedia mundial, exista una esperanza en este proyecto de inversión y de construcción de desarrollo y bienestar para la gente.

Esperanza Silver México es la esperanza en medio de tanta miseria. ¡Enhorabuena!