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Hoy hablaremos de los árboles, nuestros amigos, teniendo como guía dos libros estupendos:

Arboles de México, de Luis Lesur padre (Luisón), -que contó con la colaboración de la investigadora, fotógrafa y editora Olivia Ortega-, describe e ilustra a 278 especies endémicas o traídas aquí. Citaré algunos nombres, por la belleza de las palabras que los designan: árbol del paraíso, cacahuananche, chicozapote, flamboyán, liquidámbar, mangostán, piñón, sauce, tabachín, zapote negro. Quise mucho a Luisón, y a su hijo Luis, mi maestro de astrología, mi amigo.

El otro libro es la compilación de poemas dedicados a los árboles, publicada por la UdG. Veamos.

Héctor Viel: "No hice un río en la tierra / ni he sudado / al sol lo necesario. / No puedo pedir sombra para mí, todavía".

Carlos Pellicer: "Tálamo sólo -caoba y cedro-. / Un rumor de silencio / brota del pecho. / Y un olor de caobas / bajo los cedros / abre noches fluviales / habitadas de luces y de luceros".

Ignacio Manuel Altamirano: "Del mamey el duro tronco / picotea el carpintero, / y en el frondoso manguero / canta su amor el turpial; / y buscan miel las abejas / en las piñas olorosas. / Y pueblan las mariposas / el florido cafetal".

Ezra Pound: "Estuve sin moverme, y fui un árbol del bosque, / y supe la verdad de cosas nunca vistas".