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Auguste Dupin, el detective creado por Edgar Allan Poe, apareció en 1854. Sherlock Holmes, creación de Arthur Conan Doyle, lo hizo en 1897. Pasó más tiempo para que aparecieran detectives mujeres, como el caso de, por ejemplo, la Reportera del crimen -Murder, she wrote- protagonizada por Angela Landsbury. Lo interesante es que es la misma actriz que protagonizó a Silby Vane como la amante de Dorian Gray, en la película de 1945.

Hablemos de autoras. Destacan entre otras Agatha Christie -quien tuvo un detective, Hércules Poirot y una mujer detective, Miss Marple-, Patricia Highsmith y su Mr. Ripley, así como P.D. James, quien señala en Todo lo sé sobre novela negra: "El misterio central de una historia de detectives no supone necesariamente que haya una muerte violenta, pero el asesinato sigue siendo un crimen por excelencia y provoca una repugnancia, una fascinación y un miedo atávicos".

El año pasado Siruela publicó un libro extraordinario: Detectives victorianas: las pioneras de la novela policiaca. En el prólogo Michael Sims señala que: "La primera novela de detectives escrita por una mujer fue El caso Leavenworth, publicado en 1878 por Anna Katherine Green, donde engendró el desenlace, ahora icónico, de que el detective desentrañe el misterio en presencia de los sospechosos". Lo mismo hacía Georges Simenon con su célebre comisario Maigret y Columbo, protagonizado por Peter Falk.