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El ensayo de hoy: Diálogo de novelas

Imaginemos que los políticos de nuestro país, en lugar de escribir libros soporíferos para apoyar su gestión o defender su proyecto, escribieran novelas en las que sus adversarios políticos fueran personajes de literatura; por lo menos serían más interesan

Por: José Antonio Lugo, Visitas: 1174

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Leo en El País que Vigdis Hjorth acaba de publicar La Herencia (ed. Nórdica), novela donde cuenta un episodio turbio de su progenitor y cómo la codicia por la herencia emite olores nauseabundos. Obra que ha tenido mucho éxito.

No es raro que eso pase con las herencias; tampoco que un autor utilice a su familia y los convierta en personajes de novela.

Lo que me parece fantástico es que la hermana de Vidgis, Helga, le haya respondido con otra novela, LIbre albedrío, en cuyas páginas relata que la autora de la primera novela, su hermana, es "un ser cruel, alcohólico, psicópata".

Como buen Escorpión, muero por leer las dos novelas ¡ya!

Pensemos en las enormes posibilidades que este diálogo "entre novelas" tendría en nuestro querido y maltratado México. Asumamos que la clase política es una gran familia -en cierto sentido lo es-. Políticos de renombre, incluidos Salinas y AMLO, han escrito libros, para defender su gestión o trazar las avenidas de la gestión futura. Como somos solemnes, esos textos pretenden convencer y se vuelven soporíferos.

Imaginen que de repente los políticos mexicanos se volvieran novelistas -o tuvieran, como siempre, sus negros, sus ghostwriters- y les pidieran no un libro ni un discurso, sino una novela, donde los personajes serían los adversarios políticos. Así, desde la ficción, harían el debate, cuando menos, más interesante. ¿Cómo la ven? Ofrezco mis servicios. Emoji risueño.

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