Compartir la nota por:

En un día como hoy, de 1821, en Moscú, nació Fiodor Dostoievsky, el genial autor de Crimen y Castigo, Los hermanos Karamazov y Los demonios, entre otras obras inmortales.

Pocos escritores como él han profundizado tanto en el alma humana. "Dios y el Diablo están luchando... y el campo de batalla es el corazón del hombre" Y esa lucha se despliega en sus maravillosas novelas. Por no denunciar a sus compañeros y después de un simulacro de fusilamiento, en el que sintió "un terror místico", pasó cinco años en Siberia. Al salir, escribió: "Los grilletes cayeron. ¡Libertad! ¡Una vida nueva! ¡La resurrección de entre los muertos! ¡Qué instante tan glorioso!"

Un día, se preguntó: "¿Quién observa los hechos, los explica y los escribe? ¿Quién notará los hechos y profundizará en ellos? Él, por supuesto.

Dostoievsky combinó su cercanía hiriente con el dolor con su profundo sentido estético y su enorme capacidad de penetración psicológica. Alguna vez señaló: "Sólo la existencia inexpugnable de la conciencia moral hace del hombre un auténtico ser humano".

Nos dio luz sobre las complejidades de la psique humana, la relación entre el dolor y la culpa, entre el egoísmo y la abnegación, entre la bajeza y la magnanimidad, creando al mismo tiempo una obra de una profunda belleza literaria, un retrato profundo de los misterios de la existencia humana.