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En La ciudad que nos inventa: crónicas de seis siglos, Héctor de Mauleón recuerda que Salvador Novo, en Nueva Grandeza Mexicana, refiere que "para celebrar la caída de Tenochtitlan, Cortés organizó un banquete en Coyoacán; congregó a capitanes, tlaxcaltecas y soldados, y ordenó que se guisaran unos cerdos que acababan de llegar de Cuba. Los comensales carecían de trigo. Para acompañar la carne, los tlaxcaltecas ofrecieron "pan de maíz": es decir: sus tortillas. Novo, que todo lo entendía, afirmó que aquel banquete hizo nacer la más tradicional de las instituciones mexicanas: el taco de carnitas".

Hace dos años estaba en Berlín el 15 de septiembre y se organizó una fiesta mexicana en un amplio espacio donde había puestos de tacos -de carnitas y de cochinita-, ¡a 6 euros el taco! Y es que no hay nada más añorado fuera del país y más deseado por todos que un buen taco.

En La cocina mexicana, de Socorro y Fernando del Paso, el autor de Noticias del Imperio sólo menciona una receta de este manjar, los tacos dorados: "Después de cocer el pollo, se escurre y se deshebra. A las tortillas se les pone el pollo proporcionalmente, se enrollan y se fríen poco antes de servirse, hasta que se doren. Se cubren con lechuga, guacamole, queso cotija y una cucharada de crema por cada taco". Buen provecho.