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El novelista francés Édouard Dujardin, con su obra Han cortado los laureles, creó el monólogo interior; es decir, describió el flujo de conciencia de sus personajes. Tuvo una revista sobre Wagner y murió en 1949.

Joyce admiró esta técnica y la llevó a su máximo esplendor con el largo monólogo de Molly Bloom en Ulises, quizá la novela más relevante del siglo XX. Van las líneas iniciales de este monólogo: "Sí porque él nunca hubiera hecho tal cosa como pedir el desayuno en la cama con un par de huevos desde el Hotel City Arms cuando solía hacer que estaba malo en voz de enfermo como un rey para hacerse el interesante con esa vieja bruja de la señora Riordan que él se imaginaba que...".

Fernando del Paso, fallecido hace poco, escribió tres estupendas novelas: José Trigo, Palinuro de México y Noticias del Imperio. La mitad de los capítulos de esta novela son la descripción de Imperio de Maximiliano, los otros capítulos -alternados con los primeros- son el monólogo de Carlota. Va el final: “Yo soy María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina, Princesa de la Nada y del Vacío, Soberana de la Espuma y de los sueños, Reina de la Quimera y del Olvido, Emperatriz de la Mentira: hoy vino el mensajero a traerme noticias del Imperio...". Tres grandes novelas; tres grandes monólogos.