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Decía Jorge Luis Borges en Otro poema de los dones: "Por el amor, que nos hace ver a los otros como nos ve la Divinidad" y "Por el arte de la amistad".

Hace unos días subieron a las redes algunos videos sobre el día de la amistad, que se celebra, al parecer, en Argentina. Que nos sirva de pretexto para compartir con ustedes la lectura de uno de los libros más bonitos que he leído: Enseñanzas africanas sobre el amor y la amistad, de la escritura de Burkina Faso, Sobonfu Somé.

Es una mujer cuyo nombre significa "la guardiana de los rituales" y que pertenece a la comunidad africana de los dgara, que habitan en lo que mi generación conoció de niños como Alto Volta y ahora se llama Burkina Fasso "la tierra de los ancestros orgullosos". Ella ha vivido en Occidente sin perder la conexión con su tierra. Escribió este libro maravilloso para hacer comprender a los demás el mensaje de sabiduría que sus antepasados han preservado durante milenios: que las relaciones entre las personas, amistosas o de pareja, son caminos espirituales. Veamos.

"Puede que la mejor manera de emprender el camino hacia una vida íntima sana sea reconocer lo sublime en todo lo que nos rodea. Cuando reconocemos que la tierra sobre la que caminamos no es sólo polvo, que los árboles y los animales no son exclusivamente para nuestro consumo y disfrute, podemos empezar a aceptarnos como espíritus que vibran al unísono con todos los otros espíritus que nos rodean. Los dagara creemos que cuando dos personas viven una vida espiritual y equilibrada pueden curar todo lo que les rodea".

No es poesía. Es otra forma de concebir la vida, en que lo sagrado se expresa a través de los ritos. Para los dagara la vida de una mujer o un hombre tiene un propósito que va más allá del poder, la posesión o la riqueza (que para ellos son deformaciones del ego y falta de conexión con el espíritu), una misión que tiene que ver, sobre todo, con la aceptación gozosa y agradecida del don de la vida, que se expresa y fluye a través del ser amado, de los amigos y de la comunidad.

Agradezco a mis amigos y a las personas que quiero que los dones de mi vida se expresen a través de ellos. Sin duda la pandemia nos ha permitido valorar más a algunos. Y si no nos hemos preocupado por otros ni ellos por uno, quiere decir que ese vínculo ya estaba roto y se vale también soltar. Saldremos de esta epidemia algún día, con amistades más sólidas y la agenda quizá más pequeña pero más selecta, sólo con los imprescindibles, los "happy few" de que hablaba Stendhal.

Amiga, amigo: ¿Quiénes son aquellos amigos que te permiten dar sentido a las palabras de Borges: "Por el arte de la amistad"? Mientras lo piensas, sigámonos cuidando. (Dedicado a mi amigo Finus).