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El tema de la inseguridad me atrapó desde finales del siglo pasado, desde entonces es un tema que está presente en el radar de mis preocupaciones, pero también de mis ocupaciones.

En el segmento de preocupaciones ubicaría una exposición sistemática de mi parte, en las dos décadas que van del siglo XXI, a la multiplicidad de estudios, ensayos y artículos que abordan el tema.

Y por lo que se refiere al segmento de mis ocupaciones del tema ubicaría algunos proyectos de intervención comunitaria en los que he tenido el privilegio de participar, muy destacadamente el Proyecto Comunidad Segura liderado por la entonces maestra Nelia Tello Peón, directora de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM  (aquí se puede consultar un artículo que en esos años nos publicó el Instituto de Investigaciones Jurídicas  de la UNAM  ), y mi paso como docente de la licenciatura en Seguridad Ciudadana de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) en los años 2014, 2015 y 2016.

Lo que quiero compartir con mis lectores es que, si bien no soy un especialista destacado y reconocido en el tema de la inseguridad y la violencia, tampoco soy un neófito, y que al igual que muchos de mis contemporáneos, me ha tocado observar y vivir como la conversación publica fue cooptada paulatina y consistentemente por el tema del narcotráfico, como el tema omniabarcante de todas las violencias y de la inseguridad.

Y también me ha tocado observar y vivir el cómo en diversos espacios públicos, principalmente los de la academia, la ciencia, el periodismo de investigación, han acumulado en estos años una masa crítica tanto de saberes como de expertos de primerísimo nivel al respecto.

Creo que no falto a la verdad si afirmo que cualquier institución que se diera a la tarea de reunir en un repositorio la producción intelectual en temas de inseguridad y violencias directamente e indirectamente relacionados con México, tendría que destinar un número importante de metros cuadrados.

O bien, cualquier institución que tuviera la idea de reunir en un simposio, encuentro o congreso a todas las personas con algún grado valioso de “expertise” sobre inseguridad y violencias, tendría que imaginar un encuentro que se prolongaría en el tiempo de manera significativa.

Dicho lo anterior, la pregunta que con frecuencia me confronta es: ¿por qué si existe esa masa crítica de conocimiento y de estudiosos muy cualificados sobre inseguridad y violencias, su incidencia en el diseño y puesta en práctica de políticas públicas eficaces para contener la inseguridad y las violencias es muy tibia o nula?, y pues siempre llego a la misma conclusión, los hechos  muestran que no existe voluntad política en los tomadores de decisión pese a la nebulosidad verborreica de sus diatribas.

Y es en este punto en el que Los cárteles no existen. Narcotráfico y cultura en México de Oswaldo Zavala se convierte en un libro de lectura obligada, en un libro en relación a cuyo contenido debemos platicar.

Al autor y los editores del libro nos lo presentan con la siguiente ficha: “Oswaldo Zavala (Ciudad Juárez, 1975) es narrador, periodista y profesor en The College of Staten Island y en The Graduate Center, City University of New York. Es autor de la novela Siembra de nubes (2011) y de los ensayos La modernidad insufrible: Roberto Bolaño en los límites de la literatura latinoamericana contemporánea (2015) y Volver a la modernidad: Genealogías de la literatura mexicana de fin de siglo (2017). Como periodista, colabora regularmente en la revista Proceso.”

En una entrevista que le hace Rosana Ricárdez, que no tiene desperdicio y que puede ser consultada aquí, Oswaldo deja en claro que Los cárteles no existen. Narcotráfico y cultura en México es producto de una doble militancia: la académica y la periodística. “Mi experiencia como periodista – dice Oswaldo - es fundamental no solo para la escritura de Los cárteles no existen sino para mi carrera académica en general. El periodismo me permite articular un lenguaje más directo y legible para un público no especializado, pero me ha llevado a cuestionar mucho del conocimiento recibido en el discurso académico”.

Y es cierto la lectura de Los cárteles no existen. Narcotráfico y cultura en México fluye porque pese a que aborda una problemática en verdad compleja, lo hace con el lenguaje que es próximo al lector.

Este libro reúne ensayos que fueron publicados con anterioridad al libro, al respecto  es relevante una Nota editorial que se incluye al final del libro la cual dice: “Las primeras versiones de estos ensayos, publicadas por separado, fueron revisadas, expandidas y adaptadas para integrarse en el proyecto general del presente libro…” y a continuación exponen “la procedencia original de esas primeras versiones siguiendo el orden propuesto por el índice…”, ejercicio en verdad relevante.

El contenido de Los cárteles no existe. Narcotráfico y cultura en México parte de un ensayo introductorio titulado: “La invención de un enemigo formidable” el cuál expone la tesis central que se desmenuza en los ensayos que se reúnen en el libro, dicho ensayo termina con esta sentencia. El “narco” aparece en nuestra sociedad como una temible caja de Pandora que, de ser abierta, creemos que desataría un reino de muerte y destrucción. Si pudiéramos vencer el miedo y confrontar aquello que llamamos “narco” abriendo por fin la caja, no encontraríamos en ella a un violento traficante, sino al lenguaje oficial que lo inventa: escucharíamos palabras sin objeto, tan frágiles y maleables como la arena. Abramos pues la caja”.

Después de la nota introductoria le siguen cuatro capítulos y un epilogo:

Capítulo I: La despolitización de la narcocultura.

• Cadáveres sin historia: la narconovela negra y el inexistente reino del narco.
• Crónicas neutralizadas: los imaginarios periodísticos sobre el tráfico de drogas.
• El cartel, Narcos; Sicario: el discurso de seguridad nacional en el cine y la televisión estadounidense.

Capitulo II:  Los Cárteles no existen ( pero la violencia de Estado sí)

• Las razones de estado sobre el tráfico de droga: soberanía y biopolítica en la narconarrativa mexicana contemporánea.
• La recaptura del Chapo y la conquista mediática del Estado.
• Trump llegó tarde al fin del mundo: Estados Unidos, el “narco” y la reforma energética en México.

Capitulo III: Cuatro escritores contra el “narco”.

• Cesar López Cuadras y la precariedad del traficante.
• Daniel Sada y el retorno de lo político.
• Roberto Bolaño y el rostro del “narco”.
• Juan Villoro y el país demasiado parecido a sí mismo.

Capitulo IV: Traficantes, Soldados y Policía en La Frontera.

• Líneas imaginarias de poder: política y mitología en la literatura sobre Ciudad Juárez.
• Julián Cardona y Charles Bowden herejes predicando en el infierno.
• ¿Quién controla la plaza?: la ciudad, El Estado y el crimen organizado.

Epilogo: La nueva “guerra de carteles”. Ni es nueva, ni es guerra, ni es carteles.

Termino insistiendo en que platiquemos de Los cárteles no existe. Narcotráfico y cultura en México  de Oswaldo Zavala, estoy seguro que al hacerlo enriqueceremos nuestra visión de las cosas y en consecuencia tendremos más herramientas para recrear el mundo que nos rodea y recrearnos en él.

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