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Parece que fue hace mucho, pero el 6 de enero de este año el Capitolio fue tomado por una banda de fanáticos de Donald Trump. Aunque mucho se auguró que el expresidente habría de ir a la cárcel, al final se le condenó a lo que estoy segura fue más doloroso para él: quedó vetado de las redes sociales.

Y aquí comenzó el debate sobre el derecho a la libre expresión. Debate al que hasta AMLO le entró torpemente e incluso el mismísimo Bernie Sanders salió a defender a Trump. El tema causó escozor en políticos de todo el mundo porque ¿qué puede haber peor para un político que quedarse sin sus redes sociales?

Lo cierto es que después de la toma de protesta del 20 de enero, Trump desapareció. En principio, sus asesores recomendaron mantenerse callado mientras el Senado decidía el impeachment, pero una vez que esto pasó Trump no volvió. Trump desapareció.

Pero sigue vivo y activo. Actualmente los Trump viven en Mar-A-Lago su club de golf que, por cierto, no tiene permiso de uso de suelo residencial. Y, como diría John Quincy Adams, “no hay nada más patético que un expresidente”. Trump, pasa sus días visitando las reuniones de su club de golf y, a falta de redes sociales, envía furiosos emails a periodistas que publican notas en contra de él. En su más reciente aparición en público, en una boda que se llevó a cabo en su club de golf, el expresidente tomó el micrófono para dar un speech en contra de Joe Biden y de la situación con China e Irán. En una palabra: patético.

Sin embargo, Trump y toda su familia se mantienen “cercanos” a su gente mediante su webpage oficial https://www.45office.com/ desde donde pueden registrarse para recibir información o pedir saludos para sus familiares o amigos de parte del expresidente y su esposa.

Por alguna razón, consideraron esta la mejor foto para poner de portada:

Pero que esté escondido, no quiere decir que Trump haya dejado de ser relevante. Reconocidos republicanos han sido vistos entrando a reuniones en Mar-A-Lago a buscar el apoyo político del expresidente, como Stephen Miller, su exasesor en asuntos migratorios o Marjorie Greene, legisladora que intentó crear un grupo legislativo llamado “America First”.

Pero estoy segura que Donald Trump desea de vuelta sus redes sociales. En el caso de Twitter, parece ser que esa puerta está cerrada ya que la cuenta fue dada de baja de manera permanente, aunque bien podría abrir una cuenta nueva si quisiera. Pero en Facebook la puerta no está cerrada.

En 2018, Mark Zuckerberg puso 130 millones de dólares en crear un grupo independiente para evaluar los contenidos de alto perfil que elimina Facebook de su plataforma por violar las políticas de la compañía. Este grupo, llamado Oversight Board, está compuesto por un panel de expertos en tecnología y libertad de expresión. En estos momentos, este panel es el que está evaluando si regresar o no las cuentas de Donald Trump. El grupo está recolectando opiniones de sus usuarios y, hasta el momento, ha recibido más de 9 mil 800 comentarios.

La decisión para Facebook no es fácil. Por un lado, al regresarle las cuentas a Trump su imagen se podría ver asociada con el expresidente, lo cual ninguna compañía quiere en este momento. Pero por el otro lado, Trump recibió más de 70 millones de votos, muchos de los cuales seguramente son usuarios de Facebook. La moneda está en el aire.

"Well, if I ever ran for office, I'd do better as a Democrat than as a Republican - and that's not because I'd be more liberal, because I'm conservative. But the working guy would elect me. He likes me. When I walk down the street, those cabbies start yelling out their windows." Donald Trump, 1990.*

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* Traducción: Bueno, si alguna vez me postulara para un cargo, lo haría mejor como demócrata que como republicano, y eso no es porque sea más liberal, porque soy conservador. Pero el tipo trabajador me elegiría. Le gusto a él. Cuando camino por la calle, esos taxistas comienzan a gritar por las ventanas. (N de la R)