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En memoria de los migrantes asesinados en San Fernando Tamaulipas. El dolor de sus familiares es también nuestro dolor. Seamos solidarios con ellos.

El próximo sábado 22 de agosto de 2020 se cumplen 10 años de la ejecución de 72 migrantes en San Fernando Tamaulipas, masacre que según nos han recordado diversos articulistas en estos días (Catalina Pérez Correa; Maite Azuela; Jorge Javier Romero; Jaime Rochín; Javier Risco), sigue sin ser esclarecida a cabalidad y hace evidente el desinterés por parte del Estado Mexicano por transitar el sendero de la verdad a la justicia y de la justicia a la paz, como lo señala Jaime Rochín.

En el escenario en el que hoy se da la disputa por la definición de la agenda pública, el lugar de la remembranza de la masacre de hace 10 años en San Fernando Tamaulipas, es totalmente periférico y marginal ya que este se encuentra grosera y brutalmente acaparado por el caso Lozoya, cuya narrativa conduce cual exquisito maestro de ceremonias, Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, desde su pulpito mañanero, este esté ubicado donde esté ubicado.

Enrique Quintana en su colaboración en El Financiero el pasado 19 de agosto titulada: AMLO va ganando la partida, aporta elementos clave para entender por qué la narrativa del Presidente se convierte en dominante y hegemónica. Resalto tres que menciona Quintana:

• “Aunque la crisis económica es muy severa, para la mayoría de la población resulta claro que tiene como causa principal a la pandemia”.

• “En cuanto a la crisis sanitaria, aunque sus alcances son gigantescos y se ha afectado a cientos de miles de personas, sus consecuencias directas llegan a una minoría de la población. Son muchos en términos absolutos, pero proporcionalmente son pocos”.

• “El tema de la inseguridad, aunque grave, se ha convertido en algo que tiende a 'normalizarse'”.

A lo dicho por Quintana conviene añadir la manera en la que Epigmenio Ibarra en su papel de guionista auxiliar del realityshow “Lozoya y la mafia del poder” se aproxima al tema. Al igual que otras de sus colaboraciones anteriores, la de este 19 de agosto: El derrumbe de un régimen inmundo, no tiene desperdicio, deja en claro que: “Debemos ser nosotras y nosotros, los ciudadanos, los agraviados, más todavía que los fiscales, los que ratifiquemos la decisión mayoritaria expresada en las urnas el primero de julio de 2018, y consumemos la demolición de esta organización criminal de cuya inmundicia es preciso y urgente liberarnos y liberar a nuestro país”. Y pues como acostumbra a dar un adelanto de subsecuentes capítulos: “…yo le tomó la palabra a Andrés Manuel López Obrador, me sumo al esfuerzo de aquellas y aquellos que reúnen firmas para pedir que se juzgue a los ex presidentes y le invito a usted a que haga lo mismo y desgarrar así, entre todas y todos, mediante una amplia consulta ciudadana, el manto de impunidad constitucional bajo el cual se esconden Calderón Hinojosa y Peña Nieto”.

Permítanme un paréntesis. Algo que me llamo la atención fue el uso de la palabra “inmundo” de manera simultánea por parte de Andrés Manuel López Obrador y Epigmenio Ibarra. ¿Se copiarían los apuntes?

Y pues sí, nos revolcamos en la inmundicia, la inmundicia de una pandemia desgobernada en la que en cosa de horas se llegara a las cifras “catastróficas” de las 60 mil defunciones (que hay que multiplicar por tres) a las que en su momento se refirió Hugo López Gatell; en la inmundicia que permite que este jueves a las 18:29 hrs. se registren 74 mil 847 personas desaparecidas o no localizadas https://versionpublicarnpdno.segob.gob.mx/Dashboard/ContextoGeneral (458 más que las registradas la semana pasada); en la inmundicia de un mes de julio que registro 2 mil 980 homicidios dolosos, lo que hace que en el periodo enero-julio del 2020 sean ya 20 mil 494.

El reality: “Lozoya y la mafia del poder” podrá seguir entreteniendo al respetable, podrá permitir que quienes hoy gobiernan ganen tiempo de cara a las elecciones del próximo año, pero lo que no podrá hacer es ayudarnos a hacernos cargo del dolor y del sufrimiento que pandemia, desapariciones y violencia nos infringe mañana, tarde y noche.

El acceso al bienestar y a la felicidad debe cruzar la estación de la paz, la cual solo se alcanza en el imperio de la justicia y esta es posible, si es la verdad la que impera.

Verdad en el universo de la corrupción, pero verdad también en la conducción de las políticas públicas y en la erradicación de todas las inmundicias que hoy nos agobian. Y en esta inmundicia que nos rodea, anoche aumentó el caudal de estiércol con los videos que ahora señalan al hermano de López Obrador de recibir dinero. El espectáculo se puede convertir en una tragedia en cualquier momento.

Termino diciendo que desde enero desde 1978, mes a mes la Revista Nexos me ha acompañado, en ocasiones de manera intensa, en ocasiones de manera leve. Hasta hace poco siempre estuvo físicamente en el buro de mi cama, de un tiempo a la fecha lo está en los dispositivos electrónicos con los que trabajo. Dejo aquí constancia de mi fraterna solidaridad con quienes la hacen posible y con quienes a través de sus páginas enriquecen el debate.

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