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La disputa por la agenda: balance del 19 al 25 de junio

Varios temas definieron la semana, la epidemia de violencia que padece nuestro país y la pandemia de covid-19 que vive el planeta; además de la debacle económica, el viaje de AMLO a la Casa Blanca, entre otros

Por: Carlos Garza Falla, Visitas: 1246

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La escenografía del espacio público en el que se presentó la disputa por la definición de la agenda pública en la semana, del viernes 19 de junio al jueves 25 de junio, está caracterizada por la violencia, el dolor, la muerte y la debacle económica.

La violencia, el dolor y la muerte la definen dos afluentes: el de la epidemia de violencia que acompaña nuestro transitar por el tiempo, desde aquel aciago diciembre del año 2006 en el que Felipe Calderón Hinojosa a la sazón presidente de los Estados Unidos Mexicanos, se aventó la estúpida balandronada de declararle la guerra al narcotráfico; y, por otro lado, el de la pandemia causada por la enfermedad covid-19, que se hizo presente en nuestro territorio desde marzo del presente año y todo sugiere nos seguirá acompañando aún, un largo tiempo. 

La debacle económica tiene tres afluentes, el de la radical contracción de la actividad económica, como consecuencia de la manera en la que se decidió hacerle frente a la expansión contagiosa del coronavirus; el de la ausencia, por razones ideológico-políticas, de un plan económico que paliará en la vida cotidiana de las personas; los efectos devastadores de la contracción económica antes referida y el que se retroalimenta del reflejo que generan los pronósticos, de bancos, de organismos financieros  internacionales, de estudiosos de la economía, de casa calificadoras, etc.

Se trata de una escenografía fría que no convoca a ser contemplada en comunión, antes al contrario, cada quien la contempla desde la atalaya de su soledad, o desde la prisión ideológica de la capilla de su secta y en consecuencia ve lo que quiere ver.

No hay debate nacional y menos aún la convocatoria a hacer un frente único para en verdad  contener la debacle y revertir sus secuelas de destrucción frente a hechos tan oprobiosos, como el asesinato del juez federal Uriel Villegas y su esposa, ni de los hechos violentos (Carlos Loret de Mola los califica como Batalla Campal) del viernes 18 por la tarde en Caborca, Sonora; ni los bloqueos y balaceras del sábado en Guanajuato tras la captura de la mamá del Marro, ni la emboscada y ejecución de policías en Guerrero, ni la cotidiana aparición de restos humanos en fosas clandestinas, ni la masacre en San Mateo del Mar al inicio de la semana.

De acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Publica, la tasa de homicidios a nivel nacional fue, al 31 de mayo, de 27.1 por cada 100 mil habitantes, siendo la más alta la de Colima con 91.9 y la más baja la de Yucatán con 1.5.

La incapacidad de debatir o de convocar a la unidad para contener la pandemia ocasionada por el SARS-CoV-2 se repite en este frente también, tal parece que es el sello de la casa.

Día a día, incluyendo sábados y domingos, en un ritual cuasi religioso, Hugo López Gatell preside una ceremonia en la que da a conocer su contabilidad de la pandemia, numeralia que desde que empezaron sus ceremonias, ha sido cuestionada desde diversos frentes y ante lo cual han optado por levantar cortinas verborreicas de humo antes que aceptar un dialogo franco, claro y transparente.

Confieso que algún momento, inoculado con algún virus de supina ingenuidad, imaginé que una de esas ceremonias de Lopez Gatell, sería sustituida por un encuentro académico en el que alrededor de una mesa, conservando la sana distancia todos, claro está, se confrontarían las diversas maneras de llevar la contabilidad de la pandemia.

Ingenuo de mí, todo indica que en el México de la segunda década del siglo XXI ello es imposible, y que el juego se llama: “tú decides a quién le crees”; y pues en este bloqueo de quienes hoy gobiernan para construir colectivamente caminos de mejor comprensión del momento histórico en el que estamos parados, hoy 25 de junio del 2020, Raúl Rojas publica en El Universal el artículo Manual para traducir los datossobre el covid de López Gatell, que no tiene desperdicio y que sí no recibe en las próximas horas un comentario puntual por el aludido, creo que estamos en todo el derecho de darlo por totalmente valido y que de hoy en adelante debemos hacer las cuentas con los criterios que ahí se enuncian, debemos aceptar como válido el que para el 23 de junio pasado el número de defunciones fue de 65 mil 455, es decir 2.8 veces más que las 23 mil 377 que reportó López Gatell ese día. 

Y para cerrar ya esta referencia a la escenografía del espacio público en el que se ha dado la disputa por la definición de la agenda pública en estos días, transcribo un párrafo del artículo que publica hoy Rolando Cordera en El Financiero: “Llevar las cosas del poder y del Estado a situaciones límite como lo hacen las propuestas presidenciales no augura nada bueno. La esperanza de que el gobierno recapacite y se preste a dialogar, dada la gravedad de la crisis, se pierde entre la bruma de tanta palabrería matutina. En particular, la política económica está secuestrada, encerrada dirán algunos, no tanto por los grupos de interés e influencia como solía pasar ayer, sino por el propio presidente y por algunos de sus cercanos considerados así por él mismo dada su “afinidad” y no necesariamente su conocimiento sobre el asunto del que se trate.”

En resumidas cuentas, de lo que se trataría en los tres componentes escenográficos que he mencionado es de que habláramos todos y entre todos, pues según reza la conseja popular, hablando se entiende la gente, pero para desgracia nuestra, cada día va siendo más claro que hay alguien que no quiere que nos entendamos, por ello no le interesa que hablemos.

En cuanto al tema de llevar mano en la definición de los temas de la agenda publica, el Presidente Andrés López Obrador aprovechó el affaire Conpred para aparentemente lanzarse con todo en contra de los órganos autónomos del Estado, y digo aparentemente porque creo que no se tiene que ser muy sagaz para darse cuenta que su prioridad es darle un llegue al INE, es descarrilarlo y rencarrilarlo en las vías de su nueva normalidad, la del supremo.

Las aguas se han agitado y hemos conocido de tomas de posición y definiciones personales francamente admirables y que enriquecen la conversación pública mucho más allá que cualquier decálogo del “echeleganismo” en boga, como las renuncias de Katia D´Artigues, Regina Tamez y Mauricio Merino a la Asamblea Consultiva del Conapred.

Es un debate que recién inicia y que estoy seguro ocupará tiempo y espacio en los días y semanas por venir.

Un segundo tema en la disputa por ocupar el espacio de la agenda pública lo introdujo el fin de semana la diputada Laura Rojas Hernández, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, al presentar una controversia constitucional sobre el acuerdo del ejecutivo federal del 11 de mayo que militariza la seguridad publica en el país.

Hasta este momento la voz cantante la han llevado los que están a favor de dicha controversia, la mayoría de ellos agrupados en el colectivo #seguridadsinguerra, quienes han ocupado múltiples espacios en las plataformas de información y comunicación vigentes. De entre ellos destaco los siguientes:

Es de prever que aún veremos mucha tinta correr sobre este tema, amén de denuestos, descalificaciones y amenazas.

Por ultimo, cabe mencionar un tercer tema que entre ayer y hoy se ha empezado a calentar y es el de la visita de Andrés Manuel López Obrador a Donald Trump en la Casa Blanca, prevista para los primeros días de julio.

Y aquí la verdad que será muy divertido ver las maromas que necesariamente muchos actores políticos se tendrán que echar. Andrés Manuel ya les puso el ejemplo y les enseñó el camino, es cosa de desplegar la coreografía ensayada.

En conclusión, es urgente ya, que los mexicanos todos con liderazgo a modo o sin él, nos hagamos cargo de nuestros muertos. Son sangre de nuestra sangre.

Es urgente el impedir que se inhiban las conversaciones, es urgente blindar el espacio público como el debate con la clara intención de construir soluciones colectivas a los problemas que como sociedad hoy no nos dejan respirar.

En los días que siguen hay que estar atentos a cómo evolucionan en la esfera pública el tema de la controversia constitucional sobre el acuerdo del ejecutivo del 11 de mayo y el cómo se pretende construir una narrativa acorde con la 4T de la visita de AMLO a Donald Trump.

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