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Desde el sábado pasado, se desató una guerra de narcomensajes en Morelos y en Guerrero, mismos que fueron acompañados con cuerpos de personas ejecutadas. Luego vinieron los mensajes en audio, forma de comunicación que han utilizado algunos narcotraficantes. No había paso atrás, “la guerra estaba declarada”, dijo Santiago Mazari Hernández o Mazari Miranda, conocido como El Carrete o El señor de los Caballos, líder de Los Rojos en Morelos.

El Carrete hizo públicas las alianzas que lo acompañan ahora. Por un lado está el Cártel de Culiacán, por la otra, “su compadre”, Juan Castillo Gómez, conocido como El Teniente. “Voy a seguir combatiendo el secuestro, el robo de vehículo y robo casa de habitación (sic) para que sepan todos… Soy gente del Cártel de Culiacán. Gracias a toda la ciudadanía por su apoyo, sí estamos avanzando”, se escucha en un audio, presuntamente con su voz.

Las narcomantas dejadas en Morelos tuvieron una respuesta al día siguiente. Varias mantas aparecieron en Jojutla, Tlaquiltenango, Tlaltizapán, además de Zacatepec. Las mantas pertenecían a una organización denominada Carteles Unidos, aunque firman con el procaz título de “La Mera Verga”. En el texto se reprochaba a presidentes municipales de Morelos de pagar derecho de piso a la organización criminal del Carrete. Advierten que dejen de hacerlo o “les vamos a partir su madre”. 

De las mantas a los balazos

De las mantas, los grupos criminales pasaron a los hechos. Desde el sábado, según reportan corresponsales, pero en particular domingo, lunes y martes, se registraron enfrentamientos entre estos grupos criminales, en la zona de Filo de Caballos, en las comunidades del municipio de Leonardo Bravo, en la sierra.

Habitantes de Corral de Piedra reportaron desde el lunes enfrentamientos armados, lugar en el que supuestamente se encuentra refugiado El Carrete. Los enfrentamientos se dan entre el grupo de comandan El Carrete y El Teniente y grupos antagónicos del Cártel del Sur, así como la guardia comunitaria de Tlacotepec, que lideran Onésimo Marquina Chapa, conocido como El Necho, Savador Alanís y Humberto Moreno, primo del actual secretario de Desarrollo Social estatal, Mario Moreno Arcos.

La comunidad de Corral de Piedra, en el municipio de Leonardo Bravo, es la tierra donde nació Jesús Nava Romero, conocido como El Rojo, y quien fuera lugarteniente de Arturo Beltrán Leyva, y encargado en su momento, en el explendor del Cártel de los Beltrán Leyva, del corredor de producción y trasiego de amapola Chilpancingo-Cuernavaca.

Nava Romero murió junto con su jefe Arturo Beltrán Leyva, El Barbas o El Jefe de Jefes, en un enfrentamiento con elementos de la Marina Armada de México en diciembre de 2009, en los edificios Altitude de Cuernavaca. A partir de la muerte de estos dos personajes, el Cártel se pulverizó en distintas agrupaciones.

Los Rojos es una de ellas. Pero también están el Cártel del Sur, Los Guerreros Unidos, Cárteles Unidos y otras más. En estos 10 años, se han dado varias confrontaciones entre ellas por la supremacía del territorio. En esos años también, la zona norte de Guerrero se transformó en el granero más importante de amapola que surte al mercado de los Estados Unidos.

A lo largo de estos 10 años, las organizaciones que ocupan este corredor han mantenido alianzas o confrontaciones. Quizás, es la primera vez que se da una batalla tan descarnada. Todo comenzó en noviembre pasado, cuando la Guardia Comunitaria de Tlacotepec se dividió y de hecho, en toda esa zona se desató una cacería de contrincantes.

Esto ha ido escalando y ha dado lugar, ahora, a la que pudiera ser una batalla final, que deje el predominio de un grupo y el avasallamiento del otro en esa zona. En esta guerra los más afectados son los pobladores de todas las comunidades de esta comarca, mientras los gobiernos de todos los niveles participan con su complicidad o su omisión. 

El Carrete en Guerrero

Videos que circulan en las redes sociales presentan testimonios de personas de estas comunidades que demandan apoyo de los gobiernos estatal y federal, mientras que acusan a los diferentes gobiernos municipales de estar coludidos completamente con estos grupos delincuenciales.

Al mismo tiempo, han corrido varias versiones de que en los enfrentamientos, en los que participan pobladores de la zona que se han involucrado, así como matones provenientes de otras entidades, incluido Morelos, habrían caído El Teniente o que el propio Carrete se encontraría herido. Sin embargo, un corresponsal que cubre la información en la zona, ha dicho que esto es sólo parte de la estrategia propagandística de uno de los grupos en pugna.

Fue hasta el miércoles 31 de julio que la Secretaría de Seguridad Pública de Guerrero informó que tuvo conocimiento de los enfrentamientos entre civiles en algunas localidades de la parte alta de la sierra. Frente a ello, elementos del estado, la Guardia Nacional y el Ejército mexicano, procedieron a realiar un despliegue operativo para reforzar la seguridad de los habitantes. No obstante, los testimonios de pobladores que denunciaban la indefensión en la que están, continuaron circularon.

En el comunicado no se afirmó que en el lugar estaba El Carrete, pero se dejó en claro que había presencia de personas “incluso ajenas al estado de Guerrero, llegaron a estas localidades perturbando el orden público y la tranquilidad social”. Según el texto, se desplegaron fuerzas federales y estatales en varios frentes colindantes con estas localidades “ a fin de dar atención a los generadores de violencia”.

Finalmente, este miércoles por la noche, el gobierno de Héctor Astudillo Flores, en Guerrero, admitió públicamente que El Carrete se refugia en la zona serrana de esa entidad. Después de tres días de enfrentamientos, el gobierno estatal reconoció los enfrentamientos y la presencia del líder criminal.

Por lo pronto, este jueves, los enfrentamientos continúan, los pobladores han hecho un llamado al gobierno federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador para que preste atención a lo que ocurre en Guerrero, mientras que circulan testimonios de la crudeza de los enfrentamientos, en los que no ha intervenido el Ejército o la Guardia Nacional.

Con Información de Ezequiel Flores, corresponsal de Proceso en Guerrero.