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Cuatro tiroteos en una semana muestran la verdadera cara de la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, aquella que establece que la población de ese país tiene el derecho inalienable de poseer y portar armas. Son 34 muertos y más de 50 heridos en cuatro distintas ciudades de la Unión Americana.

Este fin de semana fue el más sangriento en los últimos años. De hecho, lo ocurrido en El Paso, Texas, donde un hombre con ideología antiinmigrante disparó en un centro comercial, matando a 20 personas, es el octavo tiroteo más importante, por sus efectos, de la historia de Estados Unidos.

De los 20 muertos del centro comercial, seis eran mexicanos, mientras que otras 26 personas resultaron heridas y algunas de ellas se debaten entre la vida y la muerte. El agresor fue detenido por la policía. Se trata de un joven de 21 años, blanco, y en las primeras versiones se habla de que escribió un manifiesto de cuatro páginas titulado: Probablemente voy a morir hoy.

Según The New York Times, el manifiesto que no ha hecho público la policía, expresa posturas racistas y habla del ataque como “una respuesta a la invasión hispana de Texas”. Según esta versión, el documento expresa: “los hispanos tomarán el control del Gobierno local y estatal de mi amado Texas”.

Menos de 14 horas después, en el distrito de Oregon, en la zona de vida nocturna de Dayton, Ohio, la madrugada de este domingo se registró un nuevo ataque que dejó nueve muertos y 26 heridos. Según la policía local, el presunto agresor también murió, además de su hermana, que se encontraba en la zona.

En este segundo ataque, el agresor fue identificado como Connor Betts, de 24 años, quien disparó un rifle de asalto, similar al AK-47 que fue utilizado en El Paso. Las autoridades de Ohio dijeron en una conferencia de prensa que el tirador llevaba una armadura corporal, usaba un arma de calibre “.223 de alta capacidad”.

El martes pasado, un empleado descontento en otro centro comercial, esta vez en Mississipi, mató a dos compañeros de trabajo e hirió a un policía. El hombre le disparó a un compañero de trabajo dentro de la tienda y luego mató a otro afuera. El sospechoso fue detenido y según los ejecutivos de la tienda, había sido suspendido dos días antes del tiroteo, luego de que le mostró un cuchillo a un compañero.

El primer tiroteo de la semana fue el lunes, en el famoso Festival del ajo de Gilroy, en California, en donde familias pasaban el día escuchando música y celebrando la cosecha. Entonces, un joven de 19 años que vestía equipo táctico y portaba un rifle de asalto, comenzó a disparar, dejando como saldo tres personas muertas, entre ellas un menor de 6 años y una niña de 13. Otras 16 resultaron heridas.

El agresor se escabulló y luego mantuvo un intercambio de fuego con policías. Luego se suicidó con un balazo en la cabeza. El ataque parece haberse preparado en Walker Lake, en el estado de Nevada, a unos 160 kilómetros de Reno. Ahí fueron encontrados materiales incautados de diferentes ideologías extremistas.

Así transcurrió la semana en Estados Unidos con ataques en California, Texas, Ohio y Mississipi. Según The Spectator Index, un observatorio mundial de datos políticos, económicos, ciencia y deporte, la masacre de El Paso es la octava con mayor número de muertos en la historia, sólo antecedida por Las Vegas en 2017, con 58 muertos; Orlando en 2016, con 49; la escuela Virginia Tech en 2007, con 27; Sutherland Springs en 2017, con 26; Luby’s Shooting en 1991, con 23; y San Ysidro, en 1984, con 21 asesinatos.

Pero además, el mismo Observador ofreció datos espeluznantes en relación con el número de balaceras que ha habido en los Estados Unidos en este 2019 y su comparación con otros países del mundo donde existen escenarios violentos. En Estados Unidos han ocurrido 249 tiroteos masivos en Estados Unidos; en México, 3; en Canadá, Brasil y los Países Bajos, una en cada país.